Cuando un empleado es seleccionado para un puesto de trabajo al
cual se ha postulado, el seleccionador ha considerado dos buenas razones para
aceptarlo.
La primera, se refiere a lo que el candidato Puede, Sabe, Quiere y Es. En general, en todo proceso de selección se tiene en cuenta la
capacidad física y psicológica del sujeto para desarrollar el cargo al que se
le piensa destinar (puede); sus conocimientos teóricos y prácticos del trabajo que ha de
realizar (sabe);
sus motivaciones para aspirar al puesto de trabajo del que se trate, así como
los intereses que le mueven en su vida profesional y privada (quiere), y su personalidad (es).
La segunda razón por la que el candidato ha sido
seleccionado es su capacidad de crecer en su puesto de trabajo, pudiendo de
este modo, con el tiempo, desempeñar mayores responsabilidades dentro de la
organización.